Reseña: El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña

Llevaba bastante tiempo detrás de esta obra,  pues había leído comentarios y reseñas por la blogosfera que alababan la saga y la manera de escribir de Alberto Morán Roa. Así que me llamó la atención, pedí la novela a una librería cercana y me embarqué en un oscuro viaje para descubrir al Rey Trasgo. He aquí, "La Ciudadela y la Montaña".

Título Original: El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña.

Saga: El Rey Trasgo #1, pentalogía

Autor: Alberto Morán Roa

Editorial: Kelonia

Género: Fantasía

ISBN: 9788493994525

Páginas: 309

Precio: 14'95€

Sinopsis:

"La Ciudadela, silenciosa guardiana de la paz gobernada por tres naciones, vigila los reinos del hombre navegando los cielos. En un pueblo del frío norte, dos amigos descubrirán un libro vinculado a un enigma del ayer y a un hombre entre la vida y la muerte. Nacido de la pluma de un poeta, les descubrirá los secretos que moran en las montañas a través de una historia en la que conservar la vida vale más que conservar la humanidad. El mundo apura sus últimos latidos... Y en la cima de los Picos Negros, contemplando el paso del tiempo entre delirantes pensamientos, el Rey Trasgo aguarda el momento de construir sus sueños a partir de sus cenizas."

El libro nos presenta dos tramas paralelas con dos protagonistas muy diferenciados entre sí. Por un lado, tenemos a Kalean, teniente de La Ciudadela, una isla flotante con el poder de desintegrar imperios enteros. Por el otro, al atormentado Tobías, que busca saber cuál fue el destino de su novia tras partir hacia los misteriosos Picos Negros. Estas dos historias, ambas interesantes de por sí, se intercalan la una con la otra con frecuencia durante toda la obra, la mayoría de las veces de forma adecuada y otras… no tanto. En ocasiones, las escenas presentadas son tan dispares que se producen algunas bajadas de tensión y ritmo a tal velocidad que ríete tú de los precios de la bolsa. Es inevitable hasta cierto punto, pero para mi gusto suceden de forma demasiado pronunciada. Podemos estar con Kalean viendo cómo se acerca el ejército enemigo y da los primeros golpes a la moral de los combatientes, para acto seguido mostrarnos a Tobías ojeando un volumen literario en desesperante calma. Sentir la tentación de saltarse esas partes es casi inevitable.

¿Dónde demonios continúa esa épica batalla con grifos, wyvernas y sangre?
¡Tiene que estar por alguna parte!

El argumento está trabajado y desarrollado de forma notable, en un tono muy propio de la fantasía realista que tan de moda está últimamente, pero hay cierto detalle que, en mi opinión, ha hecho chirriar todo el conjunto. He tenido la sensación de estar ante un libro introductorio muy bien disimulado. Un “cómo estos personajes llegaron aquí y descubrieron estas cosas que necesitabas saber antes de embarcarse en una impresionante aventura”. Porque, no lo vamos a negar, se nota que el universo donde se mueve el elenco de la novela está trabajado, que es complejo, rico y profundo. Y sin embargo, con eso nos hemos de conformar durante tres cuartas partes de su ejecución, a partir desde donde la acción se mueve hacia delante y deja de mirar atrás. Su historia promete, hay buenos giros de guión, buenos diálogos, buena ambientación… pero no puedo dejar de pensar en que la mayoría de las cosas se podrían haber escrito a posteriori a cambio de unas cuantas páginas más. Quiero decir, estamos hablando de una pentalogía. ¿De verdad era necesario el infodump? 

Kalean es uno de esos personajes tan especiales,
que incluso tiene cereales propios.
Los especial-K

A la hora de leer, se debe tener también en cuenta la característica prosa de Morán, tan poética como enrevesada. A pesar de que uno se va acostumbrando y haciendo suyo el lenguaje del autor, cuesta entrar a las primeras páginas y sumergirse en la historia. Además, el exceso de detalles y aclaraciones en la narrativa pasa factura en varias ocasiones, especialmente en las escenas de acción, donde tan pronto pueden llegar a entorpecer el texto como llenarlo de sensaciones y del fragor de la batalla. No obstante, si eres de los que pueden rechazar a una obra por su estilo y tienes dudas, están disponibles los capítulos de prueba que Kelonia publicó en su día para poder catarlo.

En cuanto a los personajes, me atrevería a decir que son el punto fuerte del libro. Todos destacan de un modo u otro, todos juegan su papel y todos son importantes. Los actos de uno van a afectar a todo el elenco; los errores de otro influirán a toda la trama. Disponen de unas motivaciones claras y un carácter muy marcado que les otorga voces propias, haciéndolos perdurar en la memoria del lector de forma nítida durante las trescientas páginas de la novela. 

Y ya para finalizar, no podía dejar de comentar el clímax de la historia. Resulta un final esperable en algunos aspectos, pero que rompe toda la tensión acumulada en la obra de forma brillante. Está tan bien llevado que te deja con los ojos pegados al libro mientras las páginas se suceden. Mención especial para las preciosas portadas que tiene hasta el momento la saga, de las más originales y atrayentes que he visto últimamente.

La Ciudadela y la Montaña es un buen libro, o un prólogo muy bien escrito, si se prefiere. Esa es la mayor pega de toda la novela y el único motivo por el que no he quedado del todo satisfecho con la lectura, porque lo cierto es que el resto merece la pena, y mucho. Personajes, argumento, worldbuilding... Cierto, apenas vemos la superficie de lo que esta saga tiene por ofrecer, pero Alberto Morán Roa tiene un mucho material de calidad en sus manos con el que trabajar. Un buen comienzo.

Nota: 3'5/5